Epilepsia
Cuando el cerebro pierde el control de sus descargas eléctricas
La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica no transmisible que afecta a 50 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por convulsiones recurrentes, que son episodios breves de movimientos involuntarios que pueden involucrar a todo el cuerpo o a una parte de él y en ocasiones se acompaña de pérdida de conciencia y del control de los esfínteres.
Las convulsiones se deben a descargas eléctricas excesivas en un grupo de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro y pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves. Su frecuencia también puede variar entre menos de una al año y varias al día.
Se sospecha epilepsia cuando una persona presenta dos o más convulsiones que no se justifiquen por otra causa, ya que el 10% de la población pueden convulsivar sin ser epilépticos.
Signos y síntomas
Las características de las convulsiones varían y dependen de en qué parte del cerebro comienza la alteración y cómo se propaga. Ocurren síntomas temporales, como pérdida del conocimiento o la conciencia, y alteraciones del movimiento, de los sentidos (en particular visión, audición y gusto), estado de ánimo u otras funciones cognitivas.
Las personas con epilepsia suelen tener más problemas físicos (como fracturas y hematomas a causa de traumatismos relacionados con las convulsiones) y tasas más altas de trastornos psicosociales, entre ellos ansiedad y depresión.
Asimismo, el riesgo de muerte prematura en las personas epilépticas es hasta tres veces mayor que en la población general.
Es posible prevenir una gran parte de las causas de defunción relacionadas con la epilepsia, como caídas, ahogamientos, quemaduras y convulsiones prolongadas,
Causas
Pueden ser estructurales, genéticas, infecciosas, metabólicas, inmunológicas y desconocidas.
Daño cerebral por causas prenatales o perinatales (por ejemplo, hipoxia o traumatismos durante el parto, bajo peso al nacer);
Malformaciones congénitas o trastornos genéticos con malformaciones cerebrales asociadas;
Traumatismos craneoencefálicos graves;
Accidentes cerebrovasculares que limitan la llegada de oxígeno al cerebro;
Infecciones cerebrales como meningitis, encefalitis o neurocisticercosis;
Ciertos síndromes genéticos; y
Tumores cerebrales.
Si la convulsión dura más de cinco minutos, la respiración o el conocimiento no retornan o tiene más de un episodio, se acompaña de fiebre alta, la paciente está embarazada, tiene diabetes o es la primera convulsión recurrir al médico.
También si se produce una lesión durante la convulsión
Atención inicial
Si nos encontramos ante una persona que está convulsivando podemos ayudar evitando que se golpee o atragante con su saliva y secreciones colocándola de costado, con algo blando bajo la cabeza, alejándola de elementos peligrosos.
No hay que ponerle nada en la boca ni tratar de sujetarla.
Controlar el tiempo de la convulsión y esperar al personal médico.
Tratamiento
Las convulsiones se pueden controlar. Con la administración adecuada de medicamentos anticonvulsivantes, hasta un 70% de las personas con epilepsia podrían vivir sin convulsiones.
La cirugía puede ser beneficiosa en los pacientes que no responden bien a los tratamientos farmacológicos, si las convulsiones se originan en una zona bien definida del cerebro y el procedimiento quirúrgico no interfiere con funciones vitales.
Prevención
Se estima que el 25% de los casos de epilepsia se pueden evitar previniendo y disminuyendo los traumatismos craneoencefálicos, las lesiones del parto, bajando los factores de riesgo que predisponen a accidentes cerebrovasculares y eliminando los parásitos que infectan el sistema nervioso central.
Dr. Guillermo Moschino MN 113892





