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Científicos destacan los 15 hábitos japoneses clave para una vida larga y plena

Un reciente análisis de costumbres de Japón país con un número récord de centenarios revela que prácticas como comer con moderación, mantener un propósito de vida y cultivar conexiones sociales están fuertemente ligadas a la longevidad y el bienestar.

En Japón, uno de los países con más personas centenarias, recientes estudios y expertos señalan que no solo la alimentación tradicional influye en su notable longevidad, sino también una serie de hábitos culturales y de estilo de vida profundamente enraizados, que combinan conciencia, propósito y comunidad, según reporta Infobae.

El número de personas mayores de 100 años en Japón superó recientemente las 99.000, según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, lo que ha renovado el interés por descifrar cuáles son las claves detrás de una vida larga y saludable.La dieta japonesa tradicional rica en pescado, vegetales, soja, algas, legumbres y fermentados, y baja en carnes rojas o ultraprocesados aparece como uno de los pilares, ya que aporta densidad nutricional, muchos antioxidantes, fibra, omega-3, y ayuda a mantener el colesterol bajo.

Más allá de qué comen, también cómo comen es fundamental: uno de sus hábitos más emblemáticos es el Hara Hachi Bu, una práctica originaria de Okinawa que sugiere comer solo hasta alcanzar el 80 % de la capacidad estomacal para evitar excesos, lo cual promueve una relación consciente con la comida, mejora la digestión y contribuye al control metabólico. Además, masticar despacio, comer sin distracciones y en un ambiente tranquilo son costumbres importantes para favorecer una mejor absorción de nutrientes.

El té verde y el matcha ocupan un lugar central en su alimentación, no solo por su sabor sino por sus efectos antiinflamatorios, su aporte al bienestar mental y su vínculo con rituales sociales, como las ceremonias del té. También priorizan despertarse con la luz del día (un hábito llamado Asa ichi), lo que ayuda a alinear su ritmo circadiano y favorece un estado de ánimo más equilibrado.

Encontrar un propósito en la vida es otro de los secretos: el concepto de Ikigai, según especialistas, significa tener una razón para levantarse cada mañana, un equilibrio entre lo que amas, lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y por lo que pueden pagarte. Estudios realizados por la Universidad de California, Davis, muestran que quienes tienen un ikigai fuerte tienen menor riesgo de deterioro cognitivo y demencia.

Los japoneses también practican el Shinrin-Yoku, o “baños de bosque”, que consiste en caminar entre árboles para estimular los sentidos y relajarse: esta simple conexión con la naturaleza ha demostrado beneficios en su sistema inmunológico y en su salud mental. Para mejorar su vida personal y profesional, muchos adoptan la filosofía del Kaizen, que propone realizar pequeños cambios continuos para progresar sin grandes saltos.

La hospitalidad y el cuidado en los demás también juegan un papel importante: el Omotenashi, una forma de servicio genuino y desinteresado, refuerza los vínculos sociales y emocionales, generando bienestar tanto en quien da como en quien recibe. En cuanto al ejercicio, para muchos japoneses caminar es parte de la rutina diaria, pero también practican el Taiso, ejercicios matinales de apenas 15 minutos que transmiten por radio y televisión y que ayudan a mantener la flexibilidad y vitalidad.

Otro rasgo distintivo es el descanso activo: el Inemuri, o siestas breves durante el día, es socialmente aceptado y está científicamente relacionado con mejoras en la memoria, la concentración y el rendimiento cognitivo. Al mismo tiempo, el orden no es solo físico sino también mental: practican el Oosouji, una limpieza profunda del hogar y de su mente que ayuda a eliminar lo innecesario y renovar energías.

En lo energético, muchos recurren al Jin Shin Jutsu, una disciplina basada en la energía vital y el uso de las manos para aliviar tensiones y promover la armonía física y emocional. En lo social, el Moai es una red de amistades sólidas y confianza mutua: grupos que se apoyan en las buenas y malas, lo que refuerza la resiliencia emocional y el sentido de comunidad.

El contacto con la naturaleza también se da en casa: cultivar un jardín o cuidar plantas, conocido como Niwa Zukuri, funciona como una forma de atención plena activa y meditación. A nivel emocional, la Kansha, o gratitud diaria, es otra práctica esencial; reconocer lo bueno que se tiene contribuye al equilibrio interior y se ha asociado con una mayor longevidad.

Finalmente, muchos japoneses practican Zazen, una forma de meditación Zen que consiste en sentarse en silencio, observar la respiración y dejar pasar los pensamientos sin apego, cultivando la calma, la claridad mental y la conexión con el momento presente.

En conjunto, estos 15 hábitos reflejan una visión integral del bienestar: no se trata solo de qué comer o cuánto dormir, sino de cómo vivir cada día con propósito, conexión, disciplina y equilibrio mental y social, y todo eso podría explicar en buena medida por qué Japón figura entre los países con mayor longevidad del mundo.

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