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24 de Julio Día del Autocuidado

Columna de Luciano Cirigliano en Coffee Late sobre la advertencia de pediatras frente a la desnutrición infantil en Argentina.

24 de julio: una fecha para reflexionar sobre la alimentación infantil y sus consecuencias a largo plazo.

El 24 de julio invita a pensar sobre cómo las decisiones cotidianas en torno a la alimentación pueden influir, desde los primeros años de vida, en la salud física y emocional de niñas y niños. Especialistas advierten sobre una situación que preocupa cada vez más: muchos chicos tienen un peso aparentemente normal, pero no reciben los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse de manera adecuada.

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) explican que se ha vuelto más común detectar carencias de micronutrientes, incluso en niños con talla y peso dentro de los valores esperados. ¿Qué significa esto? Que aun cuando parecen saludables, muchos niños no consumen los componentes esenciales que fortalecen su cuerpo y su mente.

El problema se agrava con prácticas como las dietas muy limitadas o la selectividad alimentaria. En tan solo dos meses, estas conductas pueden tener un impacto negativo en el desarrollo físico y en funciones clave como la memoria o la atención. Cuando un niño o niña incorpora menos de 15 alimentos distintos en su dieta, aumenta notablemente el riesgo de malnutrición invisible.

Un dato que pone en alerta: más del 70% de los niños en nuestro país no consume las cantidades adecuadas de frutas y verduras. Desde la SAP remarcan que los malos hábitos alimentarios ya sea por falta de recursos, elecciones voluntarias o gustos muy reducidos pueden derivar en una malnutrición sostenida en el tiempo. Esto se traduce en problemas como bajo peso, estatura comprometida o un índice de masa corporal fuera de los parámetros saludables.

Además, la falta de nutrientes también puede afectar el rendimiento escolar. Muchas veces, el ausentismo o las dificultades para concentrarse están directamente relacionadas con carencias nutricionales que interfieren en el desarrollo físico, intelectual y social.

Un estudio del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) reveló que tres de cada cuatro chicos, entre los 4 y los 12 años, no cubren las recomendaciones mínimas de vitamina D, hierro, calcio y omega 3. Esta situación puede perjudicar la formación de los huesos, el sistema inmune y las habilidades cognitivas.

La malnutrición infantil tiene distintas formas: puede presentarse como desnutrición, exceso de peso o déficit de micronutrientes. No solo se trata de lo que falta en el plato, sino también de lo que sobra. El consumo elevado de alimentos con bajo valor nutricional contribuye al sobrepeso, mientras que la falta de alimentos saludables lleva a la desnutrición. Sea cual sea el motivo, los resultados son similares: una salud infantil deteriorada.

Por: Luciano Cirigliano.

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