Salud

Anticoncepción y adolescentes

 La desafiante tarea de realizar consejería

Muchas veces, en el mundo adulto, nos preguntamos qué es la adolescencia. A priori pareciera ser una respuesta simple, pero es una pregunta difícil de responder, porque es una etapa tan particular y peculiar como cada adolescente que la transite.

Desde hace mucho tiempo dejamos de decir que es una etapa de transición y empezamos a entender que tiene características propias, tanto, así como la niñez y la adultez.

Ahora bien, el inicio y fin de la adolescencia no está del todo claro, aunque esté delimitado por edades. Podríamos estar de acuerdo en que no es lo mismo la situación de un adolescente que vive en un área rural de un país tercermundista que la de otro de la misma edad en una ciudad de un país desarrollado. Seguramente y a pesar de la misma edad tengan diferentes necesidades.

Según la Organización Mundial de la Salud, es “la etapa de la vida que va de la niñez a la edad adulta, es decir entre los 10 y los 19 años”.

Sin embargo, para el Código Civil y Comercial de la Nación Argentina, “son niños aquellas personas menores a 13 años y adolescentes aquellas entre los 13 y los 18”.

De nuevo…no pareciera tan simple definir la adolescencia… ¿no?

Desde los 16 años los adolescentes argentinos pueden tomar cualquier tipo de decisión para su salud y no necesitan, legalmente, el consentimiento de nadie más.

Desde los 13 años pueden tomar decisiones respecto del cuidado del cuerpo, realizar tratamientos médicos no invasivos, usar cualquier método anticonceptivo (MAC), realizar estudios de laboratorio y otras prácticas.

Cuando atendemos en el consultorio niños o adolescentes, nunca debemos olvidarnos del llamado “interés superior del niño”, es decir: que sus opiniones, deseos y necesidades son primordiales por sobre las de los demás.

Independientemente del cómo y el cuándo, el desarrollo biológico no siempre va de la mano y al mismo tiempo que el desarrollo emocional, social e intelectual. Eso dependerá de muchos factores sociodemográficos y personales de cada persona. Un concepto que logra tener relevancia en este contexto es cómo a medida que los chicos van creciendo, el entorno, los pares, el ambiente y las amistades toman un papel cada vez más relevante en la vida y van aportando al concepto de “autonomía progresiva”; entendiendo por esto que el crecimiento y la toma de decisiones son procesos graduales por los que las personas menores de edad pueden ejercer derechos por sí mismas de acuerdo a no sólo la edad sino también grado de madurez. Este grado de madurez es independiente de la edad cronológica.

Un gran objetivo de la salud podría ser lograr que los y las adolescentes crezcan tomando decisiones, haciéndose cargo de sus actos, respondiendo con libertad y responsabilidad, aprendiendo de los errores, con autonomía y, mediante este camino, lleguen a ser adultos saludables.

Es durante la adolescencia que, en general, se comienza a experimentar la sexualidad y se ratifica la identificación o autopercepción de cada individuo con respecto a ella.  La prevalencia de adolescentes que mantienen relaciones sexuales, así como la edad de inicio de las mismas, depende de un conglomerado de situaciones que incluyen el camino personal y el entorno témporo-espacial en el que vive. No existe una edad ideal para el inicio de las relaciones sexuales, pero sí existe el ideal de que sea una decisión libre, deseada, sin coerción ni presiones. 

La posibilidad de vivir una sexualidad plena, a lo largo de la vida, y más aún en esta etapa de transiciones y vulnerabilidades está en gran medida determinada por el cuidado que se pueda tener o acceder para con el propio cuerpo y el del otro. Esto incluye a la pareja, así como la posibilidad de planificar las maternidades y paternidades.

A lo largo de la historia, la humanidad ha buscado formas variadas para, no sólo evitar embarazos no intencionales, sino también limitar el contagio de infecciones. Se dieron a conocer así los MAC. Podríamos decir que, junto con las adicciones, pocas cosas preocupan más al mundo de los adultos que la sexualidad de los y las adolescentes.

La responsabilidad y cuidado valen para cualquier persona que mantenga relaciones sexuales con otra independientemente de la edad o las circunstancias. Los y las adolescentes son una población en la que es fundamental el asesoramiento y la consejería en salud sexual y reproductiva.

¿Qué es la Consejería en Salud Sexual y Reproductiva?

En su “Modelo de Consejería Orientada a los Jóvenes en Prevención del VIH y para la Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva”, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) define que  “la premisa básica de la consejería orientada a los jóvenes es el reconocimiento de la vida sexual de la juventud. La gente joven tiene el derecho a recibir información sobre sexualidad y anticoncepción”. Las unidades de Salud del Niño y del Adolescente y de VIH/sida, de OPS, creen que “negar la sexualidad adolescente lleva a un conocimiento sexual insuficiente, lo cual contribuye a la expansión de las infecciones de transmisión sexual y a los embarazos no deseados”.

Desde el lugar de profesionales de la salud, podríamos entender la consejería en salud sexual y reproductiva como un modelo de atención que entiende que las personas son capaces de tomar sus propias decisiones en el ejercicio de su sexualidad, en el cuidado del propio cuerpo y en la salud en relación con su función reproductiva. Esto cambia bastante el modelo tradicional de la consulta, en el que el/la paciente tiene un rol pasivo, en el que cumple o no las indicaciones dadas por el/la profesional.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, en su guía “Consejerías en Salud Sexual y Salud Reproductiva, ésta se entiende como: “un espacio de encuentro entre profesionales del equipo de salud y personas usuarias del sistema de salud, que tiene como objetivo principal fortalecer la autonomía de las personas para que tomen decisiones sobre su propia salud sexual y salud reproductiva de manera lo más consciente e informada posible”.

En este modelo de atención las tareas del profesional son muchas y muy importantes: brindar información adecuada y precisa, generar un entorno que permita la expresión de emociones, inquietudes, dudas, deseos y temores, orientar y facilitar el acceso a determinadas prácticas y cuidados dentro del sistema de salud y, entre otras tantas cosas, acompañar en la construcción de la autonomía y la concientización sobre el ejercicio de los propios derechos.

Dentro de estos espacios se abordan temas como la anticoncepción, la prevención de trasmisión de infecciones sexuales, estrategias para el desarrollo de una sexualuidad plena, relfexiones en torno al género, la negociación del uso de preservativo, ejercicio de derechos sexuales y reproductivos y los vínculos y sus características.

Cada encuentro y situación es única y, como tal, las necesidades de intervención también lo serán. La consejería como modelo de atención implica plasticidad y posibilidad de adecuación que permita dar respuesta a situaciones de carácter único e irrepetible.

Según la Dra. Laura Cesarato, jefa de la sección de Ginecología Infantojuvenil del Hospital italiano de Buenos Aires y actual vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ)”, el asesoramiento anticonceptivo en adolescentes es de vital importancia. A veces es el motivo de la consulta y es solicitado por la persona o su acompañante, pero si esto no sucediera, es importante que el profesional que atiende a esa adolescente aproveche la oportunidad de la consulta para informar, indagar y dejar la puerta abierta para consultas posteriores”.  También agrega: “para poder realizar un correcto asesoramiento es necesario estar informado, hablar siempre con la verdad en un marco de respeto, no juzgar y empatizar con las necesidades de la consultante”.

¿Qué es la Salud Sexual?

La sexualidad empieza con la vida. Es una dimensión fundamental de la especie humana. SOMOS SERES SEXUADOS.

Los primeros años de vida son el espacio y tiempo privilegiado para comenzar la educación en salud sexual.

El concepto de salud abarca conceptos claves para la vida como autoestima, responsabilidad, pensamiento crítico para una buena toma de decisiones.

No es sólo la ausencia de enfermedades. Se evidencia en la expresión libre de las capacidades que fomentan el bienestar personal y social y que enriquecen la vida individual y en comunidad.

Incluye la satisfacción de necesidades básicas como el deseo de contacto, de intimidad, de amor, de ternura y de expresión de las emociones.

El reconocimiento de los derechos sexuales es inherente a una sexualidad saludable, donde se reconoce la libertad sexual, la privacidad, la equidad y el placer y se fomenta y propicia la toma de decisiones libres y responsables.

Capitalizar las consultas de la población adolescente para abordar estos tópicos es fundamental.

Incluimos en esto aspectos básicos de salud, como controles periódicos, vacunación, toma de papanicolaou si correspondiera, realizar prevención del consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales y por sobre todo focalizar en el seguimiento para evaluar adherencia y efectos adversos de tratamientos.

¿Con qué métodos y posibilidades contamos en Argentina?

Aunque existen diversas clasificaciones, una muy didáctica y gráfica es aquella que los divide de la siguiente manera:

  • Barrera (mecanismo físico)
    • preservativo masculino
    • preservativo femenino (no disponible en nuestro país)
    • campo profiláctico
    • diafragma
    • capuchones cervicales
  • Reversibles hormonales de corta duración
    • pastillas de uso diario (mono drogas o combinadas)
    • parche de uso semanal
    • anillo vaginal o inyección de uso mensual
    • inyección de uso trimestral
  • Reversibles hormonales de larga duración (LARCs, por sus siglas en inglés: Long action reversible contraception)
    • dispositivo intrauterino (DIU)
    • Sistema liberador de levonorgestrel (SIU)
    • Implante subdérmico
  • Métodos de anticoncepción quirúrgica
    • ligadura tubaria
    • vasectomía
  •  Métodos naturales
  • de temperatura basal
  • del moco cervical
  • del ritmo o calendario
  • sintotérmico
  •       Químicos espermicidas
  • Cremas, jaleas, tabletas, óvulos, esponjas 
  •       Método de lactancia exclusiva (MELA)

Una mención aparte merece la anticoncepción de emergencia que, cómo su nombre lo indica, ha de ser sólo de emergencia, ante la ausencia o falla de otro método de cuidado y no de uso regular.

Ahora bien, debemos diferenciar aquello que existe y las posibilidades de acceder o no de la población. Ésto último, depende de muchos factores y no sólo individuales, sino también familiares, sociales, económicos y contextuales.

En nuestro país, existe el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable que tiene como  objetivos: “alcanzar para la población el nivel más elevado de salud sexual y procreación responsable con el fin de que pueda adoptar decisiones libres de discriminación, coacciones o violencia”, prevenir embarazos no deseados, promover la salud sexual de los adolescentes y garantizar a toda la población el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable”, entre otros. Asimismo, garantiza el acceso gratuito a métodos anticonceptivos.

Cuando trabajamos con adolescentes (tengan la edad que tengan), hay un concepto que es importante y es que  “la consulta por anticoncepción representa una urgencia médica” y debemos estar a la altura de las circunstancias. Es decir: nunca demorar el inicio de un MAC en una paciente que se presenta al sistema de salud. Independientemente de que esté sola o acompañada ya que ello representa el contacto de esta persona con el sistema sanitario y probablemente sea determinante para el resto de su salud sexual y reproductiva. Es imperativo iniciar lo más precozmente un MAC si así se desea.

Según Cesarato: “todos los MAC conocidos, los clásicos de toda la vida y las formulaciones más modernas pueden ser usadas por la población adolescente. No existe indicación o contraindicación sólo por la edad de la consultante”. También agrega: “los LARCs, por su alta eficacia, reversibilidad y posibilidades de acceso son los más recomendados en esta población”.  

Finalmente cabe decir que la anticoncepción y la consejería en adolescentes no es una tarea sencilla pero sí es fundamental conocerla, aprenderla y aplicarla en nuestra práctica médica cotidiana.

Es un encuentro que muchas veces nos interpela, nos contacta con nuestras propias experiencias adolescentes, con nuestra propia sexualidad y experiencias vividas.

No olvidemos la importancia del respeto por las decisiones de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras o a las que hubiéramos querido que tomaran. Cada persona es libre, independiente y es nuestra función que tomen sus propias decisiones bien asesorada y aconsejada.

Tarea no sencilla más sí apasionante, desafiante y enriquecedora. Es deber de todos los profesionales de la salud crear un espacio amigable, confiable, serio para la vida de todos los niños, adolescentes y adultos que nos consulten. 

Autoras

Dra. Marina Gelin. MN 126755. Médica Ginecóloga, especialista en Ginecología Infanto Juvenil y Endocrinología Ginecológica. Fellow IFEPAG. Trabaja en el Hospital Italiano.

Dra. Pamela Ransdale. MP 21256. Médica especialista en Medicina General y Familiar.

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